Liturgia de las horas

OFICIO DE LECTURA

Si el Oficio de Lectura es la primera oración del día:

V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza

Se añade el Salmo del Invitatorio con la siguiente antífona:

Ant. Aclamemos al Señor, en esta fiesta de san Antonio, abad.

Si antes del Oficio de lectura se ha rezado ya alguna otra Hora:

V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

Himno: DICHOSOS LOS QUE, OYENDO LA LLAMADA

Dichosos los que, oyendo la llamada
de la fe y del amor en vuestra vida,
creísteis que la vida os era dada
para darla en amor y con fe viva.

Dichosos, si abrazasteis la pobreza
para llenar de Dios vuestras alforjas,
para servirle a él con fortaleza
con gozo y con amor a todas horas.

Dichosos mensajeros de verdades,
que fuisteis por caminos de la tierra,
predicando bondad contra maldades,
pregonando la paz contra las guerras.

Dichosos, del amor dispensadores,
dichosos, de los tristes el consuelo,
dichosos, de los hombres servidores,
dichosos, herederos de los cielos. Amén.

SALMODIA

Ant. 1. La promesa del Señor es escudo para los que a ella se acogen.

Salmo 17, 31-51 IV - EL SEÑOR REVELA SU PODER SALVADOR

Perfecto es el camino de Dios,
acendrada es la promesa del Señor;
él es escudo para los que a él se acogen.

¿Quién es dios fuera del Señor?
¿Qué roca hay fuera de nuestro Dios?
Dios me ciñe de valor
y me enseña un camino perfecto;

él me da pies de ciervo,
y me coloca en las alturas;
él adiestra mis manos para la guerra,
y mis brazos para tensar la ballesta.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén

Ant. La promesa del Señor es escudo para los que a ella se acogen.

Ant. 2. Tu diestra, Señor, me sostuvo.

Salmo 17, 31-51 V

Me dejaste tu escudo protector,
tu diestra me sostuvo,
multiplicaste tus cuidados conmigo.
Ensanchaste el camino a mis pasos
y no flaquearon mis tobillos;

yo perseguía al enemigo hasta alcanzarlo;
y no me volvía sin haberlo aniquilado:
los derroté, y no pudieron rehacerse,
cayeron bajo mis pies.

Me ceñiste de valor para la lucha,
doblegaste a los que me resistían;
hiciste volver la espalda a mis enemigos,
rechazaste a mis adversarios.

Pedían auxilio, pero nadie los salvaba;
gritaban al Señor, pero no les respondía.
Los reduje a polvo, que arrebata el viento;
los pisoteaba como barro de las calles.

Me libraste de las contiendas de mi pueblo,
me hiciste cabeza de naciones,
un pueblo extraño fue mi vasallo.

Los extranjeros me adulaban,
me escuchaban y me obedecían.
Los extranjeros palidecían
y salían temblando de sus baluartes.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén

Ant. Tu diestra, Señor, me sostuvo.

Ant. 3. Viva el Señor, sea ensalzado mi Dios y Salvador.

Salmo 17, 31-51 VI

Viva el Señor, bendita sea mi Roca,
sea ensalzado mi Dios y Salvador:
el Dios que me dió el desquite
y me sometió los pueblos;

que me libró de mis enemigos,
me levantó sobre los que resistían
y me salvó del hombre cruel.

Por eso te daré gracias entre las naciones, Señor,
y tañeré en honor de tu nombre:
tú diste gran victoria a tu rey,
tuviste misericordia de tu Ungido,
de David y su linaje por siempre.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén

Ant. Viva el Señor, sea ensalzado mi Dios y Salvador.

V. Ábreme, Señor, los ojos.
R. Y contemplaré las maravillas de tu voluntad.

PRIMERA LECTURA
Del libro del Génesis 4, 1-24

CONSECUENCIAS DEL PECADO

El hombre se llegó a Eva, su mujer; ella concibió, dio a luz a Caín, y dijo: «He adquirido un hombre con la ayuda del Señor.»

Después, dio a luz a Abel, el hermano. Abel era pastor de ovejas, mientras Caín trabajaba el campo. Pasado un tiempo, Caín ofreció al Señor dones de los frutos del campo, y Abel ofreció las primicias y la grasa de sus ovejas. El Señor se fijó en Abel y en su ofrenda, y no se fijó en Caín ni en su ofrenda; por lo cual, Caín se enfureció y andaba abatido. El Señor dijo a Caín:

«¿Por qué te enfureces y andas abatido? Cierto, si obraras bien, estarías animado; pero, si no obras bien, el pecado acecha a la puerta; y, aunque viene por ti, tú puedes dominarlo.»
Caín dijo a su hermano Abel:

«Vamos al campo.» Y, cuando estaban en el campo, Caín atacó a su hermano Abel y lo mató. El Señor dijo a Caín: «¿Dónde está Abel, tu hermano?»

Respondió Caín:

«No sé; ¿soy yo el guardián de mi hermano?» El Señor le replicó:

«¿Qué has hecho? La sangre de tu hermano me está gritando desde la tierra. Por eso te maldice esa tierra que ha abierto sus fauces para recibir de tus manos la sangre de tu hermano. Aunque trabajes la tierra, no volverá a darte su fecundidad. Andarás errante y perdido por el mundo.»

Caín contestó al Señor:

«Mi culpa es demasiado grande para soportarla. Hoy me destierras de aquí; tendré que ocultarme de ti, andando errante y perdido por el mundo; el que tropiece conmigo me matará.»

El Señor le dijo:

«El que mate a Caín lo pagará siete veces.»

Y el Señor puso una señal a Caín, para que, si alguien tropezase con él, no lo matara. Caín salió de la presencia del Señor y habitó en Nod, al este de Edén.

Caín se llegó a su mujer, la cual concibió y dio a luz a Henoc. Caín edificó una ciudad y le puso el nombre de su hijo, Henoc. Henoc engendró a Irad, Irad engendró a Mehuyael, éste engendró a Metusael, y éste a Lamec.

Lamec tomó dos mujeres: una llamada Ada y otra llamada Sila. Ada dio a luz a Yabel, padre de los que viven en tiendas y cuidan del ganado; su hermano se llamó Yubal, padre de los que tocan la cítara y la flauta. Sila, a su vez, dio a luz a Tubal-Caín, forjador de herramientas de bronce y hierro; y tuvo una hermana que se llamaba Naama. Lamec dijo a Ada y Sila, sus mujeres:

«Oíd mi voz, mujeres de Lamec, prestad oído a mis palabras: Por un cardenal mataré a un hombre, a un joven por una cicatriz; si Caín se vengó por siete, Lamec se vengará por setenta y siete.»

RESPONSORIO 1 Jn 3, 12; Sb 10, 3

R. Caín, siendo del maligno, mató a su hermano; * porque sus obras eran malas, y las de su hermano eran buenas.
V. Se apartó de la sabiduría el criminal iracundo, y su saña fratricida le acarreó la ruina.
R. Porque sus obras eran malas, y las de su hermano eran buenas.

SEGUNDA LECTURA
De la vida de san Antonio, escrita por san Atanasio, obispo
(Cap. 2-4: PG 26, 842-846)

LA VOCACIÓN DE SAN ANTONIO

Cuando murieron sus padres, Antonio tenía unos dieciocho o veinte años, y quedó él solo con su única hermana, pequeña aún, teniendo que encargarse de la casa y del cuidado de su hermana.

Habían transcurrido apenas seis meses de la muerte de sus padres, cuando un día en que se dirigía, según costumbre, a la iglesia, iba pensando en su interior cómo los apóstoles lo habían dejado todo para seguir al Salvador, y cómo, según narran los Hechos de los apóstoles, muchos vendían sus posesiones y ponían el precio de la venta a los pies de los apóstoles para que lo repartieran entre los pobres; pensaba también en la magnitud de la esperanza que para éstos estaba reservada en el cielo; imbuido de esos pensamientos, entró en la iglesia, y dio la casualidad de que en aquel momento estaban leyendo aquellas palabras del Señor en el Evangelio: Si quieres ser perfecto, ve a vender lo que tienes, dalo a los pobres, y tendrás un tesoro en el cielo; luego ven y sígueme.

Entonces Antonio, como si Dios le hubiese infundido el recuerdo de lo que habían hecho los santos y como si aquellas palabras hubiesen sido leídas especialmente para él, salió en seguida de la iglesia e hizo donación a los aldeanos de las posesiones heredadas de sus padres (tenía trescientas parcelas fértiles y muy hermosas), con el fin de evitar toda inquietud para sí y para su hermana. Vendió también todos sus bienes muebles, y repartió entre los pobres la considerable cantidad resultante de esta venta, reservando sólo una pequeña parte para su hermana.

Habiendo vuelto a entrar en la iglesia, oyó aquellas palabras del Señor en el Evangelio: No os inquietéis por el día siguiente. Saliendo otra vez, dio a los necesitados incluso lo poco que se había reservado, ya que no soportaba que quedase en su poder ni la más mínima cantidad. Encomendó su hermana a una vírgenes que él sabía eran de confianza y cuidó de que recibiese una conveniente educación; en cuanto a él, a partir de entonces, libre ya de cuidados ajenos, emprendió en frente de su misma casa una vida de ascetismo y de intensa mortificación.

Trabajaba con sus propias manos, ya que conocía aquella afirmación de la Escritura: Si alguno no quiere trabajar, que tampoco coma; lo que ganaba con su trabajo lo destinaba parte a su propio sustento, parte a los pobres.

Oraba con mucha frecuencia, ya que había aprendido que es necesario retirarse para orar sin cesar; en efecto, ponía tanta atención en la lectura, que retenía todo lo que había leído, hasta tal punto que llegó un momento en que su memoria suplía los libros.

Todos los habitantes del lugar, y todos los hombres honrados, cuya compañía frecuentaba, al ver su conducta, lo llamaban amigo de Dios; y todos lo amaban como a un hijo o como a un hermano.

RESPONSORIO Mt 19, 21; Lc 14, 33

R. Si quieres ser perfecto, ve a vender lo que tienes, dalo a los pobres, y tendrás un tesoro en el cielo; * luego ven y sígueme.
V. El que no renuncia a todos sus bienes no puede ser mi discípulo.
R. Luego ven y sígueme.

ORACIÓN.

OREMOS,
Señor, tú que inspiraste a san Antonio abad el deseo de retirarse al desierto para servirte allí con una vida admirable, haz que, por su intercesión, tengamos la fuerza de renunciar a todo lo que nos separe de ti y sepamos amarte por encima de todo. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
Amén

CONCLUSIÓN

V. Bendigamos al Señor.
R. Demos gracias a Dios.

 

Horarios de Misa

Lunes a sábados: 6:00 pm.

Domingos: 9:00 am y 6:00 pm.

Hora Santa: Jueves: 5:00 pm.

Santo Rosario: 30 minutos antes de misa.

Confesiones: antes de misa.

Bautizos: Sábados: 11:00 am.

Atención Cáritas Parroquial

1- ROPERO PARROQUIAL.

 2- FARMACIA PARROQUIAL.

3- COMEDOR DE NIÑOS Y ANCIANOS EN PASO REAL, DE LUNES A VIERNES.

4- RUTA DE LA CARIDAD LOS DIAS MARTES DESPUÈS DE MISA DE 6:00 P.M.

Petición de oraciones

Despacho Parroquial

De lunes a Viernes de 9:00 a.m. a 12:00 m. y de 3:00 p.m. a 5:30 p.m.

Teléfono: (0241) 8783316

 

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